jueves, 17 de mayo de 2012

A veces las decisiones más difíciles son las que más nos duelen pero las que nos convienen

Si me quedo quieta, esperando a que el tiempo decida por mí, no hago nada. Siempre me ha dado miedo arriesgar por miedo a lo que podía perder, pero se acabó. Esta vez voy arriesgarme, lanzarme al vacío con la actitud positiva y el pensamiento vacío de negación. He medido en la balanza lo que perdería y ganaría, todo esta a mi favor, ahora es el momento. Ahora o nunca.

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