Empezamos la caída libre, tardamos varios días en sobreponernos.

Nos levantamos sigilosamente, actuamos como si nada nos hubiese ocurrido. Hasta verano, están prohibidas las caídas libres otra vez. Por mi bien, tengo que aguantar por lo menos dos meses y medio. Prohibido los bajones sin razón alguna, las noches de descontrol, las lágrimas, los pensamientos negativos, las dudas que comen mi mente y todo aquello que sea dañino.
Sé que si me encuentro alejada de problemas todo me será más sencillo.